Ayer por la tarde...

Nos quedamos en casa y estuvimos rellenando los perros de cuadros. Digo estuvimos, porque Sergio me estuvo ayudando. Se lo pasó pipa. Sólo pudimos rellenar uno y gastamos un saco entero de relleno. Parece mentira lo que puede caber dentro. Esta tarde, más tranquila acabaré el otro y así mañana en el curso le pongo los ojos y termino de coserlo. Mi marido los vio ayer y le gustaron un montón.
Por la noche le conté a mi madre lo de los perros y me ha dicho que ella quiere otro para su cama y me dijo que le podía hacer también a mi suegra. La verdad que me ha dado una idea. Pero eso sí, más trabajo.
Y mi marido me dio otra. A una amiga muy especial de Baracaldo, pues le quiero hacer algo. Y mi marido me dijo que eso sería un regalo estupendo. Y es verdad. Lo que pasa es que de la misma tela ya no queda en la tienda de mi profesora. Así que tendré que buscar otra. Y es una pena, porque para su sofá quedaría muy bien también esta tela de cuadros. Como me ha sobrado un poco, intentaré buscarla donde sea. Y si no ya veremos si encuentro algo parecido.
Será casi cuando San Valentín haya acabado, pero se los voy a poder regalar a mi marido. Así que mañana tienen que estar hechos.

Ya sé que no están terminados, pero es que me gustan tanto, que tenía que hacerles una foto.